Crocus: "Las huellas llevan a los servicios especiales ucranianos, y Kiev está controlado por EEUU"
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Lo declaró el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolái Pátrushev: las huellas del atentado terrorista perpetrado el pasado 22 de marzo en la sala de conciertos Crocus City Hall, en las afueras de Moscú, conducen a los servicios especiales del régimen de Kiev, que, por su parte, está controlado por Washington. Todos los caminos llevan a Occidente Pátrushev remarcó que, aunque Occidente intenta convencer a todo el mundo de que detrás del atentado está única y exclusivamente el grupo terrorista Estado Islámico [Daesh], y no Ucrania, es mucho más importante establecer rápidamente quién lo ordenó. Mientras, el número de niños muertos a causa de esta barbarie ha aumentado a seis, según comunicó este miércoles la comisionada presidencial para los Derechos del Niño en Rusia, María Lvova-Belova. Para el analista internacional Carlos Martínez, las palabras de Pátrushev representan algo que no quieren reconocer los gobiernos occidentales o pro–estadounidenses. "Hay que contextualizar la situación en concreto: nadie, ni siquiera el Gobierno ruso, duda que los terroristas eran miembros radicalizados pertenecientes al Estado Islámico. Pero Daesh, desde su inicio, igual que Al Qaeda que fue 'su padre y su madre', son organizaciones terroristas que han sido creadas y financiadas por los servicios secretos occidentales, especialmente la CIA y los servicios secretos ingleses", detalla el experto. Para poner 'negro sobre blanco', el analista recuerda que "Occidente ha apoyado a Daesh y Al Qaeda en Libia, en Siria, en todos aquellos conflictos que les ha interesado". "Y en una situación como la que se encuentra Ucrania en un conflicto abierto, no nos cabe ninguna duda de que Daesh está al servicio de la CIA y del MI6". En este sentido, Martínez argumenta que "hay pistas que nos indican que [el atentado terrorista en Crocus] era una trama ucraniana, cuando no de la CIA o de los servicios secretos ingleses". "Y es que semanas antes del atentado, las embajadas estadounidenses, británicas y alemanas ya advertían a los ciudadanos que no viajaran a Moscú porque había riesgo de atentado. Es decir, algo sabían y no informaron concretamente a sus colegas rusos". "Además, a los terroristas, cuando cometieron el horrendo crimen en Moscú, los capturaron huyendo hacia la frontera ucraniana, no hacia Daguestán o hacia Turquía, hacia la ucraniana. Y ellos [los terroristas] han dicho que esperaban recibir allí una recompensa, con lo cual, 'blanco y en botella'. No se trata de una tesis conspiratoria [responsabilizar a Occidente], sino que se trata de sumar los diferentes elementos, y conocer también la historia de este grupo terrorista que ha sido siempre manipulado y dirigido por los servicios secretos occidentales", concluye Carlos Martínez.