Irán: asesinato de Nasralá "generará un cambio y transformación histórica en el mundo islámico"
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El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, afirmó que eliminar al líder de Hizbulá, Hasán Nasralá, sirve a los objetivos futuros de Tel Aviv respecto al equilibrio de poder en la región. En este ataque también falleció el general de brigada y subjefe de operaciones de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, Abás Nilusham. Reacciones El presidente de EEUU, Joe Biden, calificó el asesinato de Nasralá, como una "medida de justicia". "Hasán Nasralá y el grupo terrorista que dirigía, Hizbulá, fueron responsables de la muerte de cientos de estadounidenses a lo largo de cuatro décadas de terror. Su muerte por un ataque aéreo israelí es una medida de justicia para sus muchas víctimas, entre ellas miles de estadounidenses, israelíes y civiles libaneses", afirmó. Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha declarado que Rusia condena las acciones de Israel en el Líbano y considera que han provocado una "desestabilización significativa de la situación en la región". Mientras, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino rechazó las acciones que violan la soberanía y la seguridad del Líbano y conducen a una escalada en Oriente Medio. Por su parte, el comandante en jefe del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica [CGRI] de Irán, el general de división Hoseín Salami, se refirió a los asesinatos de Nasralá y Nilusham. "El martirio de estos queridos generará un cambio y transformación histórica en el mundo islámico. Su sangre derramada es muy valiosa y preciosa, y el martirio fue el mejor destino que podría haber sucedido para el comandante [Abás] Nilusham", enfatizó. El analista internacional Eduardo Luque explica que el martirio va ligado también a una filosofía. "El martirio, la idea de gente que se muere en una acción en defensa de los intereses de un país, de una nación o de una comunidad, es una sangre muy fértil que ayuda, que empuja psicológicamente a los combatientes al mayor de los sacrificios. Así que, matar a dirigentes políticos de la talla de Nasralá es fundamentalmente un acto de propaganda, de intentar vender humo. Como si la resistencia de Hizbulá, o la de Hamás, o de otros grupos resistentes, estuviera enmarcada por la existencia de una sola persona, cuando no es así", observa Luque.