Escudriña tu pacto
Audio Devocional "Crezcamos de Fe en Fe" - Ministerios Kenneth Copeland - Un pódcast de Kenneth y Gloria Copeland
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Kenneth Copeland «…Esta copa es el nuevo pacto [ratificado y establecido] en Mi sangre» (1 Corintios 11:25, AMP) Nuevo Pacto. Ésta es una frase conocida para la mayoría de nosotros, pero ¿sabemos lo que realmente significa? No, porque de saberlo, todos seríamos gigantes de la fe. En lugar de estar luchando por “tratar” de creer en las promesas de Dios, seríamos como Abraham: «… que se fortaleció en fe,… plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que [Dios] había prometido» (Romanos 4:20-21). Ésa es la clase de confianza que surgió en Abraham cuando Dios estableció el pacto con él. Era un pacto inferior al nuestro, hecho con la sangre de animales. Sin embargo, transformó a un Abraham dudoso, en el padre de la fe. ¿Por qué? Porque Abraham entendió la importancia del pacto. Él sabía que al entrar en un pacto de sangre, se estaba dando completamente y para siempre a otra persona. Una vez que lo hiciera, ya nada sería exclusivamente suyo. Todo lo que era y todo lo que tenía o pudiera llegar a poseer, debía compartirlo equitativamente con la persona con quien hacía el pacto. En los días de Abraham, en la ceremonia del pacto, los interesados intercambiaban túnicas, dando a entender con ello el intercambio de autoridad. Intercambiaban también sus armas, lo cual quería decir: “Tus enemigos son ahora mis enemigos. Pelearé tus batallas como si fueran las mías”. Luego, caminaban por en medio de la sangre de los animales sacrificados, prometiéndose lealtad mutua, incluso hasta la muerte. Cuando Dios hizo pacto con Abraham, éste comprendió que no había más lugar para la duda. Dios le había mostrado cuánto anhelaba ser su Dios; le había dado todo lo que tenía y había establecido una relación con él, la cual no podía ser disuelta. Abraham conocía muy bien la importancia de un pacto. El pacto lo convenció, de una vez por todas, de que podía confiar en las promesas de Dios. Llegó a ser un ancla para su alma. ¿Quieres ser un gigante de la fe como lo fue Abraham? Entonces, escudriña el pacto que tienes con Dios. Estúdialo a la luz de la Palabra. Deja que el Espíritu Santo te muestre lo que significa cuando Jesús se sacrificó para ratificar tu pacto con Dios. Deja que te enseñe lo que significa que Él te haya dado Su nombre (Juan 16:23), Su autoridad (Mateo 28:18-20), Su armadura y Sus armas (Efesios 6:10-17). Una vez que comprendas lo que Jesús quiso decir cuando expresó: «Esta copa es el nuevo pacto [ratificado, confirmado] en mi sangre» (1 Corintios 11:25), tu vida nunca será la misma. Lectura bíblica: Hebreos 10:1-23 © 1997 – 2019 Eagle Mountain International Church Inc., también conocida como Ministerios Kenneth Copeland / Kenneth Copeland Ministries. Todos los derechos reservados.