La felicidad no perdona la cobardía - Daniel Habif

Daniel Habif - INQUEBRANTABLES - Un pódcast de danielhabif

Categorías:

¿Se puede medir la felicidad?   ¿Se puede gestionar la felicidad?  ¿El dinero da felicidad?   Yo creo que tenemos siglos poniendo cifras a una esencia que no viene en un formato que se pueda medir. La clave está en encontrar el gozo en lugar de una búsqueda de la felicidad en sí.   La felicidad no perdona la cobardía, mucho menos cuando te enfocas en estímulos externos para subsistir. Para efectos individuales, la puedes gestionar dando prioridad a los eventos motivadores internos, que son los únicos que pueden establecer un cambio definitivo en nuestra vida. Con tantas tentaciones en un mundo que pretende definirnos, hace falta coraje para asumir un manejo de nuestra felicidad basada en eso que nos mueve por dentro.   Desde que existe la humanidad, se estudia la felicidad, pero fue Epicuro, filósofo de la antigua Grecia, quien inició la discusión al definirla como lo único intrínsecamente bueno. Luego de dos milenios de aproximaciones teóricas, el interés en gerenciarla llevó al pensador Jeremy Bentham a aventurarse en un proceso de cuantificación, empecinado en que esta era medible y comparable. Esas ecuaciones no cuadraron por completo, pero el testigo fue pasando por John Stuart Mill, Carl Menger o Robert Nozick.   Los rumbos convergieron cuando Richard Easterlin comprobó que los aumentos en la renta per cápita no aumentaban los «niveles declarados» de felicidad. Este hallazgo, consolidado en la paradoja que lleva su nombre, convenció al ambiente académico de desechar a los terceros del cálculo: la misma gente es capaz de manifestar cuán feliz se siente. Desde ese momento y hasta el sol de hoy, se han realizado miles de encuestas, comparaciones y publicaciones sobre el tema; pero, ahora que la podemos medir, ¿somos capaces de gestionarla? Aunque hay mucha teoría sobre el papel, mi respuesta es que ni siquiera nos hemos acercado.   Los estudios dicen que, desde un ingreso moderado, el dinero no produce modificaciones significativas en los niveles manifestados de felicidad; algo similar sucede con otros elementos, como el estatus o la posesión de ciertos bienes. Aun así, requiere valentía disfrutar los placeres sin que estos capitalicen nuestra atención.   Sea posible medirla o no, la felicidad, propia y colectiva, debe estar en la mente de quienes han trazado una ruta al éxito.   #danielhabif --- Support this podcast: https://podcasters.spotify.com/pod/show/daniel-habif/support