1166 - Jeremías 37-39. Eventos durante la caída de Judá. Jer 38:23
Descansando en Dios - Un pódcast de Francisco Atencio
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1166 – Jer 38:23 - Jeremías 37-39. Eventos durante la caída de Judá.Sacarán, pues, todas tus mujeres y tus hijos a los caldeos, y tú no escaparás de sus manos, sino que por mano del rey de Babilonia serás apresado, y a esta ciudad quemará a fuego.Jeremías describe la catástrofe que padecería Judá en Jer 34-45 con: Eventos antes de la caída de Judá (Jer 34-36). En Jer 34-36 continúan con el tema del rechazo que empezó en Jer 26–29. El juicio era seguro porque el pueblo rechazó las advertencias de la palabra de Dios. Los eventos son: La infidelidad del pueblo (Jer 34). La fidelidad de los recabitas (Jer 35) y la quema del rollo (Jer 36). Eventos durante la caída de Judá (Jer 37-39). Se detallan los acontecimientos: El encarcelamiento de Jeremías con las dos últimas advertencias al rey Sedequías (Jer 37-38) y la destrucción de Jerusalén (Jer 39). Eventos después de la caída de Judá (Jer 40-45). Se describen los acontecimientos: Jeremías con el remanente en Judá (Jer 40-42). Jeremías con el remanente en Egipto (Jer 43-44). El mensaje Baruc, asistente de Jeremías (Jer 45). Solo en Jer 37-45 están cronológicamente los acontecimientos con los eventos durante y después de la caída de Judá. “Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor.” (Sal 2:10-11).I. Encarcelamiento de Jeremías (Jer 37). El rey Sedequías envió una delegación al profeta Jeremías para que “rogara por Jerusalén a Jehová … Dios.” (Jer 37:1-10). La respuesta de Dios no fue la que pretendía Sedequías. El ejército de Faraón que había salido en su socorro, sería derrotado por Babilonia y forzado a regresar a su tierra en Egipto. Después, el ejército de los caldeos volvería, atacaría Jerusalén, la capturaría y la pondría a fuego profetizado en Jer 21:10; 32:29; 34:2, 22; 37:10; 38:18, 23. “Se complace Jehová en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia.” (Sal 147:11). Jeremías utilizó el retiro temporal del ejército de los caldeos para salir de Jerusalén y viajar a tierra de Benjamín a tomar posesión de la heredad comprada a su primo Hananeel (Jer 32:1-14). Justo cuando iba saliendo, fue aprehendido por un capitán que se llamaba Irías, quien lo acusó de traidor. Fue llevado delante de los príncipes, le azotaron y pusieron en prisión, la cual estaba localizada en la casa del escriba Jonatán, que habían convertido en cárcel. (Jer 37:11-16). El rey Sedequías, secretamente, envió por el profeta y lo llevó a palacio para entrevistarse con él en privado y preguntó a Jeremías: ¿Hay palabra de Jehová? (Jer 37:17-21). Jeremías dijo: Hay. Y dijo más: “En mano del rey de Babilonia serás entregado.” Jeremías también aprovechó esa entrevista para protestar su inocencia y fue dejado preso en el patio de la cárcel. II. Jeremías confinado en una cisterna (Jer 38). Jeremías en el patio de la cárcel tuvo una relativa libertad para entrevistarse con algunas personas y dar el mensaje del juicio de Dios para Judá (Jer 32:2,6). El mensaje de Jeremías era el mismo: “El que se quedare en Jerusalén moriría a espada, o de hambre, o pestilencia. Sólo aquel que se pasare a los caldeos viviría.” (Jer 38:2; 21:3-10). Los príncipes fueron a decir al rey Sedequías que sentenciara a muerte a Jeremías porque sus afirmaciones “hacían desmayar las manos de los hombres de guerra y de todo el pueblo.” (Jer 38:4-6). Entonces tomaron a Jeremías y lo echaron en una cisterna sin agua, que estaba en el patio de la cárcel.
