SANTA ROSA DE LIMA: “Fuera de la cruz no hay otra escalera por donde subir al cielo”

DICHO EN EL PERÚ - Un pódcast de Luis Enrique Cam

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Isabel Flores de Oliva o Santa Rosa de Lima, nació el 30 de abril de 1586. Fue bautizada como Isabel en atención al nombre de su abuela materna, en la parroquia de San Sebastián en la pila de piedra que aún se conserva, el 25 de mayo del mismo año, fiesta de Pentecostés o Pascua del Espíritu Santo. Teniendo tres meses de edad, una criada de la casa de nombre Mariana se encontraba meciendo a la niña en su cuna, descubriéndole el rostro para ver si estaba ya dormida, gritó por la admiración de ver el rostro de la niña como si tuviera dos rosas pintadas en las mejillas, la madre acudió enseguida y al comprobar tales facciones la cargó contenta y le dijo: te prometo hija y alma mía que mientras viviere de mi boca no has de oír otro nombre sino el de Rosa. Y así lo cumplió. Este hecho ocasionó serio disgusto en Isabel de Herrera, la abuela materna, quien la siguió llamando Isabelica. Fue excelente costurera. Al comprobar las estrecheces económicas, colaboró con trabajos de hilo, aguja y dedal para ayudar a sus padres y hermanos. Fue obediente a sus padres, sirviéndoles en la salud y enfermedad con prontitud y amor. Amaba el cuarto mandamiento: Honrar a tu padre y a tu madre. Había que obedecer a los padres en todo, menos en lo que podría significar peligro para la conciencia. Pronto surgirían conflictos. No estudió apologética ni teología, pero tuvo un conocimiento superior de los misterios divinos y de la vida espiritual que causaba admiración su saber teológico a los entendidos. Fuente: DEL BUSTO, J (2006) Santa Rosa de Lima. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima.

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