La ejecución de Espadas y Tudanca

El podcast de Francisco Marhuenda - Un pódcast de La Razón

El mercado laboral está difícil y los estómagos agradecidos del PSOE no quieren hacer cola en las oficinas del paro. Es bueno recordar lo que tardaron otros dirigentes, que perdieron el favor de Sánchez, en encontrar un acomodo profesional. Es cierto que algunos fueron recogidos, pero ya no era una relación entre iguales sino que eran subordinados suyos. Esto explica que Espadas y Tudanca hayan renunciado a la reelección como secretarios generales, respectivamente, de Andalucía y Castilla y León. La alternativa era sufrir la consiguiente venganza del secretario general. El aparato del partido es una maquinaria implacable. Los dos barones caídos llevan mucho tiempo en política, son inexpertos profesionalmente y el ejercicio libre de la abogacía no es un camino fácil. Como se han apartado para que Sánchez imponga sus candidatos les puede dar una embajada o cualquier sinecura que les endulce el mal trago de su ejecución. Eso de adquirir la condición de embajador de por vida sin la incomodidad de una dura oposición y cobrar un buen sueldo es una jubilación dorada.

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