Bancos, aseguradoras y esclavos: el origen de Wall Street
Historias de la economía - Un pódcast de elEconomista - Lunes
Hace más de 400 años llegaron a Estados Unidos los primeros esclavos africanos. La evolución posterior y el crecimiento del país a lo largo de los siglos no podría entenderse sin ellos. Su impacto económico fue incalculable. Y aunque hasta la fecha no ha dado sus frutos, en las últimas décadas son varias las asociaciones que exigen indemnizaciones para los afroamericanos. Se denuncia así la esclavitud sufrida durante siglos por sus ancestros y se reclaman reparaciones al estilo de las que se concedieron a los judíos e Israel por Alemania. En el centro de la polémica están los bancos y las aseguradoras, que en mayor o menor medida estuvieron vinculados por el comercio humano. Hablamos de entidades bancarias como JP Morgan, Bank of America, Royal Bank of Scotland o el desaparecido Lehman Brothers, o de aseguradoras como Aetna, New York Life Insurance o Lloyd's of London. En el año 1625, la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales fundó Nuevo Amsterdan, hoy Nueva York, en el valle del río Hudson. Era un asentamiento estratégico que permitía controlar el comercio de pieles a través del río. Poco después, en 1653, para protegerse del ataque de los nativos norteamericanos y de los ingleses, los colonos holandeses construyeron en el límite norte de la ciudad un muro, hecho de madera y barro. Bueno… realmente ellos no lo construyeron, lo mandaron construir. Fueron los esclavos africanos traídos a la colonia los que lo llevaron a cabo. Aunque años más tarde los ingleses derribaron aquella fortificación, el nombre de Wall Street sigue recordando a aquel muro. No fue lo único que hicieron los esclavos, que también se encargaron de despejar los bosques, construir los caminos, los molinos, los puentes, las casas, el muelle, la prisión, la iglesia... Y, por supuesto, eran la mano de obra que alimentaba a gran parte de las diferentes industrias. Entre finales del siglo XVII y comienzos del XVIII, ya en manos de los ingleses y renombrada como Nueva York, la ciudad experimentó un rápido crecimiento, impulsado por el trabajo de los esclavos. Y viendo que todavía podían sacarles más rendimiento, decidieron entrar de lleno en el negocio del comercio de esclavos. En 1711, el gobierno local aprobó la creación del primer mercado de esclavos de la ciudad. Precisamente en Wall Street. Aquel mercado, conocido como Meal Market, porque en él también se vendían grano y carne, fue clave en el comercio transatlántico de esclavos. Los barcos negreros, procedentes de África, llegaban a Nueva York cargados de esclavos que se vendían como mano de obra, sobre todo para las plantaciones de algodón. Y desde el mismo puerto se distribuía el propio algodón. Era una plaza tan importante que casi la mitad de los beneficios generados por el algodón en Estados Unidos acababan en Nueva York, gracias a los ingresos que obtenían los bancos, las aseguradoras y las empresas de transporte. Así, a las aseguradoras de los barcos, a los grandes comerciantes, y a los bancos que financiaban tanto los viajes como a los terratenientes, no les quedó más remedio que estar cerca de sus inversiones. En 1792, a la altura del número 68 de Wall Street, 24 empresarios y comerciantes de la ciudad firmaban un acuerdo para crear un mercado de acciones ordenado y regulado, germen de la actual bolsa de Nueva York. Sí, los orígenes de Wall Street también están relacionados con la esclavitud. Los bancos prestaban dinero a los propietarios de esclavos, y los aceptaban como garantía. Cuando los propietarios de estos esclavos incumplían los pagos de sus préstamos, los bancos se convertían en sus nuevos propietarios. Por su parte, los propietarios de plantaciones aseguraban sus bienes, firmando seguros de vida con las aseguradoras para cobrar primas si fallecían sus esclavos. Por ejemplo, en 1856, por dos dólares se podía firmar una póliza de 12 meses y asegurar a un esclavo...