Origen y expansión de los restaurantes chinos
Historias de la economía - Un pódcast de elEconomista - Lunes
En Estados Unidos hay más de 45.000 restaurantes chinos, más que la suma de McDonald's, Burger King, KFC y Wendy's juntos. Un auge que no sigue el proceso habitual de maduración de un mercado, sino que ha estado marcado por diversos hitos, en los que sobrevuela constantemente el racismo.La comida china llega a Estados Unidos cerca del año 1850, cuando los primeros ciudadanos del gigante asiático emigran a California, atraídos por la fiebre del oro, y huyendo de la inestabilidad que vivía China. Inicialmente cocinaban para ellos mismos, pero pronto se dieron cuenta de que había un nicho de mercado disponible en la comida preparada para mineros. Hasta ese momento, la oferta al alcance de estos trabajadores era muy monótona, protagonizada por el cerdo, las patatas o el estofado.Con tan poca variedad a su alcance, los mineros pronto aprendieron a valorar los sabores que llegaban desde el otro lado del Pacífico. El wok era el protagonista de las creaciones culinarias chinas, donde cocinaban, removían y freían todos los alimentos.Hablamos de una época en la que residían en Estados Unidos unos 4.000 chinos. Pero en tan solo cuatro décadas su número se disparó hasta los 100.000. El crecimiento de la población disparó los prejuicios, los bulos y el sentimiento contra los chinos, provocando tensiones entre los trabajadores, especialmente los mineros, que temían perder sus empleos. La hostilidad en este sector era tan grande y tan violenta que ni siquiera lograron trabajos en este sector, apostando sobre todo por la construcción de vías férreas.La presión que ejercieron sobre la clase política fue asfixiante, y cada vez mayor. Tanto, que finalmente el Congreso aprobó en 1882 la Chinese Exclusion Act, la Ley de Exclusión China, que restringía fuertemente la inmigración y que además impedía que los ya residentes en Estados Unidos pudieran obtener la nacionalidad. La Ley fue prorrogada, aún con más restricciones, en 1892, con medidas que estuvieron vigentes durante 60 años.La ley logró sus objetivos. Desaparecieron los barrios chinos de buena parte de las ciudades estadounidenses, ya fuera por la nueva normativa, o por el acoso al que se vieron sometidos los ciudadanos chinos.Pero la ley de exclusión contaba con algunas excepciones, que permitían a los chinos seguir residiendo en EEUU. En concreto, se trataba de profesores, sirvientes y mercaderes. Y esta última categoría incluía a los propietarios de restaurantes, que se encontraban entre los que menos restricciones sufrieron. Podían entrar y salir de Estados Unidos, y traer con ellos a familiares, no como otros afectados, que se vieron separados de sus familias por el resto de sus vidas.Así, todos los que pudieron permitirse crear este tipo de negocios encontraron la forma de eludir las restrictivas leyes de inmigración. Pero aunque montar un restaurante se había convertido en un salvoconducto para los ciudadanos chinos, tenían que buscar la forma de convertirlos en negocios rentables. Y no era fácil, porque el racismo latente que había contra los chinos, pese a la aprobación de la ley, era enorme, y no querían ir a sus restaurantes.Todo cambia en 1896, cuando visita Estados Unidos Li Hongzhang, un importante diplomático chino. Su viaje despertó gran expectación, y fue cubierto por la prensa de la época, porque eran muchos los empresarios autóctonos que querían invertir en China.Muchos de los medios se hicieron eco de que la comida favorita de Li era el Chop Suey, lo que generó mucho interés entre los lectores, que empezaron a acudir a los restaurantes chinos para probar este plato. De hecho, los locales de la época se llamaban 'Chop Suey Restaurants', y adaptaban las recetas para tratar de adaptarse al gusto de los americanos y facilitar su expansión.Da la casualidad de que el chop suey es un plato rodeado de polémicas. De hecho, ni siquiera es un plato originario...