Dios Nunca Se Exaspera

Un Minuto Con Dios - Dr. Rolando D. Aguirre - Un pódcast de Rolando D. Aguirre

Una frase dice: "Dios no se desespera, Él hace las cosas con calma. El necio se desespera, pero el sabio mantiene la calma". Esta frase resalta la importancia de la paciencia y la serenidad en nuestras acciones. Al reflexionar sobre ella, me di cuenta de cuántas veces actuamos impulsivamente, cediendo a la desesperación en lugar de mantener la calma y la compostura. Otra cita dice: "Un hombre en calma es como un árbol que da sombra. Las personas que necesitan refugio se acercan a él". Resta cita ilustra vívidamente el poder de la tranquilidad y la serenidad para ofrecer consuelo y refugio a quienes nos rodean. La desesperación, por otro lado, no solo es inútil, sino que también puede llevarnos a problemas de salud y dificultades adicionales. Es cierto que en la sociedad actual la espera puede ser difícil de tolerar. Desde esperar en una fila hasta situaciones más importantes en la vida, como esperar una respuesta o una solución, la paciencia parece ser una virtud en peligro de extinción. Sin embargo, aprender a esperar es crucial, ya que nos brinda la oportunidad de crecer, aprender y de fortalecernos. En la espera, tenemos tres opciones: permitir que esta nos marque, permitir que nos destruya o permitir que nos fortalezca. ¿Cómo actuamos mientras esperamos? ¿Actuamos impulsivamente, cediendo a la desesperación o mantenemos la calma y permitimos que la espera nos fortalezca y nos haga crecer como individuos sabios y pacientes? Es una pregunta que cada uno de nosotros debe reflexionar y responder sinceramente. La Biblia dice en Isaías 30:18, “Así que el Señor esperará a que ustedes acudan a él para mostrarles su amor y su compasión. Pues el Señor es un Dios fiel. Benditos son los que esperan su ayuda” (NTV).

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